Inteligencia emocional imaginación cognición y personalidad
¿Por qué estudiar Inteligencia Emocional? Bueno, ¿se imagina un mundo en el que no entendiera ninguno de sus sentimientos? ¿O en el que no pudieras percibir que otra persona está enfadada contigo por la expresión feroz de su cara? ¡Sería una pesadilla!
También esperamos responder a algunas de sus preguntas sobre la inteligencia emocional, como “¿la inteligencia emocional implica competencias específicas?” y “¿está la inteligencia emocional vinculada a los rasgos de la personalidad?”. Disfrútelo.
Antes de seguir leyendo, hemos pensado que le gustaría descargarse gratis nuestros tres Ejercicios de Inteligencia Emocional. Estos ejercicios de base científica no sólo mejorarán su capacidad para comprender y regular sus emociones, sino que también le proporcionarán las herramientas necesarias para fomentar la inteligencia emocional de sus clientes, alumnos o empleados.
¿A qué nos referimos cuando hablamos de inteligencia emocional? Empecemos por hablar de “inteligencia”. La inteligencia se refiere a la capacidad mental humana única para manejar y razonar sobre la información (Mayer, Roberts y Barsade, 2008).
Salovey mayer inteligencia emocional pdf
Publicado: 2008-11-13La Inteligencia Emocional (IE) es actualmente un área floreciente en la psicología positiva y la investigación ha demostrado que se asocia con el rendimiento académico (Banchard en prensa, Bracket, Mayer & Warner, en prensa, Lam & Kirby, 2002), una menor probabilidad de comportamiento agresivo (Bracket & Mayer, 2003) y positivamente en relación con los demás (Cote, Lopes, Salovey & Bears, 2003).
Además, la IE tiene un uso potencial en la educación (Sel, Elias, Hunter y Kness, 2001, Payton et al., 2000), en la gestión de recursos humanos, incluido el trabajo en equipo y la creación de relaciones positivas con los demás (Cote, Lopes y Salovey, 2003), y en la política, incluido el efecto de la emoción en la toma de decisiones y el comportamiento (Marcus, Neuman y Mackuen, 2000) y la dinámica familiar (Elias, Tobias y Friedlander, 1999). Por lo tanto, la IE es un tema importante para examinar con muchas aplicaciones útiles.
En este artículo se describen brevemente dos modelos actuales de IE: el modelo de habilidad (Mayer, Salovey, 1997) y el modelo de inteligencia social emocional de la IE (Baron, 2006) y se describen las pruebas de investigación que apoyan cada uno de ellos. A continuación, se describen brevemente dos medidas basadas en estos modelos. Por último, se discutirán cuestiones de investigación y consideraciones futuras en este ámbito.
Salovey y mayer 1990 referencia
En los últimos años, los estudios sobre las emociones se han hecho más frecuentes a medida que las nuevas tecnologías innovadoras han permitido ver el cerebro humano en funcionamiento (Caruso y Salovey, 2004). Ahora podemos ver de primera mano cómo funciona el cerebro mientras pensamos. Estos nuevos datos neurobiológicos permiten ver cómo reacciona el cerebro cuando alguien se siente feliz, triste, enfadado y amado (Caruso & Salovey, 2004). Peter Salovey y David Caruso sugieren que el centro cerebral de la emoción es parte integrante de lo que significa pensar, razonar y ser inteligente, por lo que la inteligencia emocional es un componente crucial para comprender las emociones propias y ajenas (Caruso & Salovey, 2004).
Para comprender mejor la inteligencia emocional, primero hay que investigar los dos términos que la componen: emoción e inteligencia. Salovey, Bracket y Mayer (2007) proponen que las emociones son respuestas organizadas que atraviesan los subsistemas fisiológico, cognitivo, motivacional y experiencial del cerebro. Las emociones, que antes se consideraban “interrupciones desorganizadas de la actividad mental que debían controlarse o perturbaciones agudas del individuo en su conjunto, ahora se consideran “fuerzas motivadoras que son procesos que despiertan, sostienen y dirigen la actividad” (Salovey, Bracket y Mayer, 2007, pág. 2).
Inteligencia emocional salovey mayer
Peter Salovey y John D. Mayer acuñaron el término “inteligencia emocional” en 1990, describiéndola como “una forma de inteligencia social que implica la capacidad de controlar los sentimientos y emociones propios y ajenos, de discriminar entre ellos y de utilizar esta información para guiar el pensamiento y la acción”.
Salovey y Mayer también iniciaron un programa de investigación destinado a desarrollar medidas válidas de la inteligencia emocional y explorar su significado. Por ejemplo, descubrieron en un estudio que cuando un grupo de personas veía una película perturbadora, las que puntuaban alto en claridad emocional (que es la capacidad de identificar y dar nombre a un estado de ánimo que se está experimentando) se recuperaban más rápidamente. En otro estudio, los individuos que puntuaban más alto en la capacidad de percibir con precisión, comprender y valorar las emociones de los demás eran más capaces de responder con flexibilidad a los cambios en su entorno social y de crear redes sociales de apoyo.
En la década de 1990, Daniel Goleman conoció el trabajo de Salovey y Mayer, que dio lugar a su libro Inteligencia emocional. Goleman era redactor científico del New York Times, especializado en investigaciones sobre el cerebro y el comportamiento. Se formó como psicólogo en Harvard, donde trabajó con David McClelland, entre otros. McClelland formaba parte de un grupo creciente de investigadores preocupados por lo poco que decían los tests tradicionales de inteligencia cognitiva sobre lo que se necesita para tener éxito en la vida.