Cómo mejorar las habilidades sociales en inteligencia emocional
A veces, el mundo social puede parecer un laberinto en el que los pasos en falso conducen a callejones sin salida o trampillas, pero el giro correcto nos acerca a nuestro objetivo. La inteligencia social (IS) es la forma en que entendemos a las personas que nos rodean. La IS requiere una comprensión básica de las personas y un conjunto de habilidades para interactuar socialmente con éxito con los demás. También describe las habilidades interpersonales de una persona.Características de la Inteligencia SocialUna persona socialmente inteligente (alguien con un alto SI) muestra fuertes competencias sociales y comportamientos nutritivos que hacen que otras personas se sientan valoradas, confiadas y respetadas. Las personas con IS alta suelen ser amables y afables, y generalmente interactúan bien con los demás. También son capaces de conseguir que los demás cooperen con ellas.
¿Por qué es importante la inteligencia social? Una persona con baja IS suele mostrar un comportamiento poco sociable, que hace que los demás se sientan frustrados, inadecuados y devaluados. A menudo, una persona con baja IS no es insociable intencionadamente. Su comportamiento suele deberse a una falta de conciencia social y de comprensión de cómo su conducta afecta a los demás. Nuestras relaciones moldean nuestras experiencias e influyen en nuestro cerebro. Las personas pueden “captar” las emociones de los demás a través de expresiones faciales, estados de ánimo y otras formas sutiles. Cuanto mayor es la conexión emocional con la persona con la que interactuamos, mayor es el impacto en el cerebro. Gracias a esta interconexión, las personas con un alto SI tienen el poder de construir relaciones y crear sentimientos positivos en las personas con las que trabajan y juegan.
La empatía en la inteligencia emocional
Este estudio se centró en el desarrollo del reconocimiento de emociones de los adolescentes mediante el uso de un entrenamiento en microexpresiones. Los resultados mostraron que el nuevo entrenamiento en microexpresiones desarrollado para adolescentes afectó significativamente a la capacidad de los adolescentes para detectar microexpresiones, sin embargo, no modificó su inteligencia emocional general ni sus habilidades sociales. También se observó que las chicas tenían una mayor capacidad para detectar microexpresiones, antes y después del entrenamiento. El reconocimiento de emociones es un elemento esencial de la inteligencia emocional, por lo tanto, el presente estudio hace una contribución importante al desarrollar, y mostrar la eficacia de un nuevo entrenamiento de microexpresiones diseñado para adolescentes.
Ensari, P. (2017) Cómo mejorar la inteligencia emocional y las habilidades sociales entre los adolescentes: El Desarrollo y Prueba de un Nuevo Entrenamiento de Microexpresiones. Journal of Behavioral and Brain Science, 7, 211-225. doi: 10.4236/jbbs.2017.75016.
Las personas sienten fascinación por explorar las emociones de los demás, pero las verdaderas emociones suelen ocultársenos. Por desgracia, no podemos leer la mente de los demás y nunca sabremos realmente lo que sienten. En su lugar, nos basamos en nuestras impresiones y percepciones sociales, uniéndolas lo mejor que podemos, con la esperanza de que nos lleven a conclusiones razonablemente precisas sobre los demás. Sin embargo, gracias a los avances de la psicología moderna, podemos entrenar a las personas para que reconozcan mejor las emociones. Entrenar a los adolescentes en el reconocimiento de las microexpresiones emocionales puede tener resultados importantes, como la mejora de la inteligencia emocional, las habilidades sociales y la comunicación.
Importancia de las habilidades sociales en la inteligencia emocional
Había malinterpretado las corrientes emocionales en una reunión. Eso retrasó varios meses su proyecto y bastante más su crédito personal entre los responsables de emplearla en el futuro. Pero al menos había aprendido algo esencial: que no se puede confiar únicamente en la lógica para influir en los demás.
El arte de gestionar y resolver conflictos es crucial tanto en casa como en el trabajo. Empieza por ser consciente de la importancia del tacto y la diplomacia, y de cómo pueden utilizarse para ayudar a desactivar situaciones difíciles.
Los buenos gestores de conflictos son capaces de sacar a la luz los desacuerdos y resolverlos. Utilizan el intercambio de emociones para fomentar el debate y la discusión abierta, reduciendo las corrientes ocultas y los problemas, y ayudando a cada parte a reconocer los sentimientos de la otra, así como su posición lógica. También intentan obtener soluciones en las que todos salgan ganando (para más información, consulte nuestras páginas sobre Análisis Transaccional y Habilidades de Negociación).
La respuesta es que las habilidades de liderazgo y la inteligencia emocional están inextricablemente unidas. Como hemos señalado antes, sólo quienes están en sintonía con sus propias emociones y las de los demás pueden aspirar a influir. Quizá el aspecto clave de un buen liderazgo sea la influencia y la capacidad de llevar a los demás contigo. Algunos lo llaman carisma, pero es algo más profundo: es una buena inteligencia emocional.
Habilidades sociales Ejemplo de inteligencia emocional
La inteligencia emocional es un componente crucial del liderazgo. Su capacidad para gestionar sus emociones, así como para reconocer e influir en las de los demás, se ha considerado uno de los indicadores más sólidos del rendimiento en el lugar de trabajo. Las investigaciones demuestran que el 90 por ciento de las personas con mayor rendimiento tienen un alto nivel de inteligencia emocional.
“Los líderes preparan el estado emocional de la organización”, dijo Travis Bradberry, presidente del proveedor de inteligencia emocional TalentSmart, a la Society for Human Resource Management. “Cuando son ineficaces, cuando dan malos ejemplos de cómo tratan a los demás, eso repercute en toda la empresa”.
Aunque la inteligencia emocional es beneficiosa para todos, es especialmente importante para quienes ocupan puestos directivos. Los líderes emocionalmente inteligentes pueden empatizar con los demás, comunicarse eficazmente y gestionar los conflictos. Todas estas habilidades son cualidades de los líderes eficaces.
Ser consciente de uno mismo es tener un conocimiento claro de los puntos fuertes, las limitaciones, las emociones, las creencias y las motivaciones. Parece bastante sencillo, pero el 79% de los ejecutivos encuestados por la consultora Korn Ferry tenían al menos un punto ciego, es decir, una habilidad que consideraban de las más fuertes y que otros consideraban una debilidad.