Salovey y mayer inteligencia emocional: teoría
La Teoría de la Inteligencia Emocional de Goleman se desarrolló por primera vez en 1995, cuando publicó un libro basado en sus investigaciones. El concepto de inteligencia emocional (IE) ayuda a los individuos a orientar su pensamiento y sus acciones. Definió la inteligencia emocional como la capacidad de los individuos de reconocer sus sentimientos y los de los demás para motivarse y gestionar las emociones para sí mismos y su relación con los demás.
Posteriormente, otro psicólogo, Daniel Goleman (reputado psicólogo y periodista científico), propuso su teoría. Su concepto surgió de su experiencia e investigación, centradas en los comportamientos, las emociones y el cerebro.
También publicó su libro sobre inteligencia emocional en 1995. El libro se titulaba “Emotional Intelligence – Why it can matter more than IQ” (Inteligencia emocional: por qué puede importar más que el cociente intelectual), lo que le permitió erigirse en uno de los autores más vendidos del New York Times basándose en el concepto que había desarrollado. La idea de la IE se tomó más en serio en todo el mundo tras la publicación del libro, y distintas sociedades la incluyeron en su cultura.
La inteligencia emocional en la w
Llegar a ser más inteligente emocionalmente es el objetivo implícito de prácticamente todos los cursos de formación en liderazgo, ventas y creación de equipos, así como de cualquier forma de coaching o desarrollo personal.
La inteligencia emocional no es lo contrario de la inteligencia, no es el triunfo del corazón sobre la cabeza, es la intersección única de ambas y es un claro diferenciador en el desarrollo de una cultura inclusiva impulsada por un liderazgo que NO se basa en la dominación.
Autocontrol emocional: un manual
Daniel Goleman, autor del bestseller “Inteligencia emocional” y codesarrollador de la plataforma de aprendizaje en línea Goleman EI, es colaborador habitual de Korn Ferry. Su último libro, “Rasgos alterados: La ciencia revela cómo la meditación cambia la mente, el cerebro y el cuerpo”, ya está disponible. En esta última columna, relata lo valiosas que pueden ser las habilidades de inteligencia emocional para momentos tan difíciles.
? Empiezan a llegar llamadas confusas a la oficina. El anuncio impreso de la gran inauguración de la nueva sucursal de la empresa, enviado por correo a clientes actuales y potenciales, ha omitido la ubicación de la sucursal. Trina, la directora de comunicación, se siente presionada para actuar con rapidez.
? Todos miran asustados al analista jefe de ventas, Jack. La fecha límite para el informe anual es mañana, y un fallo en la red ha incapacitado a todos los ordenadores de la oficina. Los técnicos informáticos no han sido capaces de identificar el problema y mucho menos de solucionarlo.
? Dos trabajadores de la construcción derriban una pared durante la renovación de las oficinas de una empresa e informan a Harriet, directora de operaciones de la empresa, de lo que descubren. “Estamos seguros de que es amianto”, explican. “Sus empleados podrían enfermar muy rápido”.
Habilidades sociales
La inteligencia emocional (IE) suele definirse como la capacidad de percibir, utilizar, comprender, gestionar y manejar las emociones. Las personas con un alto nivel de inteligencia emocional pueden reconocer sus propias emociones y las de los demás, utilizar la información emocional para guiar el pensamiento y el comportamiento, discernir entre distintos sentimientos y etiquetarlos adecuadamente, y ajustar las emociones para adaptarse al entorno.[1] Aunque el término apareció por primera vez en 1964,[2] ganó popularidad en 1995 con el éxito de ventas del libro Inteligencia emocional, escrito por el periodista científico Daniel Goleman. Goleman definió la IE como el conjunto de habilidades y características que impulsan el rendimiento del liderazgo[3].
La inteligencia emocional se refiere a la capacidad de percibir, controlar y evaluar las emociones. Algunos investigadores sugieren que la inteligencia emocional puede aprenderse y fortalecerse, mientras que otros afirman que es una característica innata[cita requerida].
Se han desarrollado varios modelos para medir la IE. El modelo de rasgos, desarrollado por Konstantinos V. Petrides en 2001, se centra en el autoinforme de las disposiciones conductuales y las capacidades percibidas[4] El modelo de capacidades, desarrollado por Peter Salovey y John Mayer en 2004, se centra en la capacidad del individuo para procesar la información emocional y utilizarla para desenvolverse en el entorno social[5] El modelo original de Goleman puede considerarse ahora un modelo mixto que combina lo que desde entonces se ha modelado por separado como IE de capacidades y IE de rasgos. Investigaciones más recientes se han centrado en el reconocimiento de emociones, que se refiere a la atribución de estados emocionales basados en observaciones de señales visuales y auditivas no verbales[6][7] Además, estudios neurológicos han intentado caracterizar los mecanismos neurales de la inteligencia emocional[8][9].