Musica e inteligencia emocional

Inteligencia emocional y música | María Iturriaga

Nuestro coeficiente de inteligencia emocional es indicativo de la capacidad social y el bienestar psicológico, pero no es inamovible. Involucrarse en la música, tanto de forma activa como pasiva, puede tener el potencial de mejorar las puntuaciones de inteligencia emocional. Esto se debe a que la música activa regiones cerebrales relacionadas con el procesamiento emocional y está asociada con la mejora del estado de ánimo. En la siguiente discusión se ha evaluado y comparado la literatura revisada por pares sobre el tema, publicada en los últimos años y procedente de diversas fuentes internacionales. Existe una correlación mutua y positiva entre la inteligencia emocional y tanto la formación musical como la escucha de música, independientemente del género.

Ya desde la infancia, la música tiene el potencial de moldear nuestros procesos cognitivos. Hay que prestar especial atención a los niños pequeños, ya que sus cerebros están en pleno proceso de desarrollo. Al aprender música cantando o tocando un instrumento, los niños pueden mejorar su sensibilidad emocional (Destiana 2017). Cantar especialmente puede ser beneficioso, dada su facilidad de acceso. Sirve como un estimulante saludable que promueve la socialización, aumenta las habilidades motoras y la coordinación, aumenta la autoestima y la confianza en sí mismo, y hace que los niños sean más sensibles a los sonidos (Destiana 2017). Cada uno de estos factores puede, a su vez, aumentar la futura inteligencia emocional.

La inteligencia emocional de la música – Jacob Collier

Nuestro cociente de inteligencia emocional es indicativo de la capacidad social y el bienestar psicológico, pero no es inamovible. Involucrarse en la música, tanto activa como pasivamente, puede tener el potencial de mejorar las puntuaciones de inteligencia emocional. Esto se debe a que la música activa regiones cerebrales relacionadas con el procesamiento emocional y está asociada con la mejora del estado de ánimo. En la siguiente discusión se ha evaluado y comparado la literatura revisada por pares sobre el tema, publicada en los últimos años y procedente de diversas fuentes internacionales. Existe una correlación mutua y positiva entre la inteligencia emocional y tanto la formación musical como la escucha de música, independientemente del género.

  Habilidades basicas de la inteligencia emocional

Ya desde la infancia, la música tiene el potencial de moldear nuestros procesos cognitivos. Hay que prestar especial atención a los niños pequeños, ya que sus cerebros están en pleno proceso de desarrollo. Al aprender música cantando o tocando un instrumento, los niños pueden mejorar su sensibilidad emocional (Destiana 2017). Cantar especialmente puede ser beneficioso, dada su facilidad de acceso. Sirve como un estimulante saludable que promueve la socialización, aumenta las habilidades motoras y la coordinación, aumenta la autoestima y la confianza en sí mismo, y hace que los niños sean más sensibles a los sonidos (Destiana 2017). Cada uno de estos factores puede, a su vez, aumentar la futura inteligencia emocional.

Inteligencia emocional (de la banda sonora de “Free The Mind”)

Nuestros 100.000 millones de neuronas se activan cuando experimentamos un acontecimiento importante o repetimos algo con la frecuencia suficiente para que nuestro cerebro dé la señal de “¡recuerda esto!”. Cuanto más se disparan estas neuronas, más fuerte es la conexión que se establece y, con el tiempo, la conexión se establece de forma permanente. El resultado es, de hecho, que el cerebro queda literalmente moldeado por nuestras experiencias.

  Origen del concepto de inteligencia emocional

¿Cómo puede el entrenamiento musical ser un mecanismo para mejorar las habilidades sociales? En la última década, investigadores sociales y biológicos han descubierto un vínculo específico entre la música y la sensibilidad emocional que puede explicar en gran medida la conexión entre desarrollo social y emocional.

En un estudio[4], los participantes adultos realizaron dos pruebas.    La primera era una prueba estandarizada de inteligencia emocional en la que respondían por escrito sobre las emociones implicadas en escenarios hipotéticos cotidianos. La segunda prueba requería que los participantes escucharan música clásica de piano e intentaran identificar las emociones que la música pretendía evocar. Curiosamente, cuando se analizaron los resultados de las dos pruebas, los investigadores descubrieron que la inteligencia emocional y el reconocimiento emocional en la música estaban significativamente correlacionados. Este hallazgo sugiere que la capacidad de identificar, comprender, razonar y gestionar las emociones en la vida utiliza los mismos tipos de mecanismos que ser sensible a las emociones en la música.

Inteligencia emocional (con Nathan Haines y Dave Koor)

¿Cómo conseguimos las emociones que necesitamos cuando las necesitamos? Las personas que son buenas en esta área de la inteligencia emocional saben cómo gestionar sus emociones para producir la cantidad adecuada del estado de ánimo que necesitan cuando lo necesitan. Algunas personas utilizan ejercicios de meditación o de atención plena para conseguirlo.

Otro método útil es la música. Todos conocemos el tema de la película “Rocky” y sabemos que puede ser un motivador universal. Es especialmente útil para promover el ejercicio y la forma física. Puedes utilizar distintos tipos de música para motivarte con distintos fines.

  Inteligencia emocional y liderazgo ejemplos

He aquí un ejemplo que lo ilustra muy bien. Nigel Short es un maestro de ajedrez británico. Fue un niño prodigio del ajedrez. Se clasificó para el Campeonato Británico Masculino cuando sólo tenía 12 años. Obtuvo el título de gran maestro a los 19 años. Se le considera el ajedrecista británico más fuerte del siglo XX.

“Tengo una gran variedad de música para mis estados de ánimo. Hay ocasiones en las que necesito aumentar mi agresividad antes de una partida. Para eso pongo ‘Walk All Over You’ de AC/DC. Y otras veces escucho a Segovia tocando Bach y eso me pone de un humor totalmente diferente. Depende del jugador, de cómo se sienta ese día y de lo que necesite hacer en un partido”.

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