Ventajas e inconvenientes del liderazgo democrático
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El liderazgo de laissez-faire, también conocido como liderazgo delegativo, es un tipo de estilo de liderazgo en el que los líderes no intervienen y permiten que los miembros del grupo tomen las decisiones. Los investigadores han descubierto que este estilo de liderazgo suele ser el que provoca una menor productividad entre los miembros del grupo.
Para que el liderazgo laissez-faire sea más eficaz, los líderes pueden comprobar el rendimiento en el trabajo y dar feedback regularmente. También es útil que los líderes reconozcan cuándo es mejor utilizar este estilo, por ejemplo con miembros del equipo que son expertos en lo que hacen.
El 19 de mayo de 2022, Verywell Mind organizó un seminario virtual sobre salud mental en el lugar de trabajo, organizado por la redactora jefe Amy Morin, LCSW. Si te lo perdiste, echa un vistazo a este resumen para aprender formas de fomentar entornos de trabajo de apoyo y estrategias útiles para mejorar tu bienestar en el trabajo.
Ejemplo de empresa laissez faire
En la década de 1930, Kurt Lewin, padre de la Psicología Social, realizó un trabajo pionero en el que identificaba tres tipos de líderes: laissez-faire, autoritario y democrático. Desde entonces, el marco de Lewin ha influido en muchas perspectivas posteriores sobre el liderazgo. Aprenda qué tipo de líder es usted y conozca los puntos fuertes y débiles de cada estilo.
El liderazgo laissez-faire permite a los miembros del grupo total libertad. Los líderes laissez-faire no participan en el proceso de toma de decisiones y rara vez ofrecen opiniones. Este estilo puede funcionar bien si el grupo está muy motivado y es competente. Sin embargo, el laissez-faire tiene muchos inconvenientes. Sin la aportación del líder, el grupo puede hundirse en el conflicto cuando los miembros se disputan las funciones y responsabilidades. Además, las deliberaciones pueden prolongarse demasiado. Por último, al no intervenir en el proceso, el líder pierde el control del producto final. En el estudio de Lewin, los niños bajo el liderazgo del laissez-faire eran los menos productivos y los más discutidores.
Ejemplos de liderazgo transformacional
Si Harry Potter necesitaba el “sombrero seleccionador” para saber a qué casa pertenecía, una persona que quiera ser un buen líder también necesita saber en qué tipos de liderazgo encaja. Estos son algunos de los mejores ejemplos de estilos de liderazgo de los que deberías aprender.
Tipos de liderazgo o Estilo de liderazgo son un método o forma de ayudar a los líderes a hacer planes y direcciones como objetivos de implementación establecidos. Al mismo tiempo, muestran ánimo, comparten, influyen y motivan a todo el personal subordinado.
Desde el punto de vista de un empleado, el estilo de liderazgo se basa en las acciones explícitas o implícitas de su líder. Los tipos de liderazgo también son un factor que afecta directamente a la eficacia de la gestión de los líderes.
Por ejemplo, imponen exigencias demasiado altas al personal nuevo o dan a los buenos empleados muy poco espacio para ser proactivos y creativos en el trabajo. Esto hace que los empleados de niveles inferiores no confíen en ellos o sigan siendo obedientes pero no se sientan cómodos sacando todo su potencial.
Por lo tanto, si se quiere sacar el máximo partido de los recursos humanos o crear equipos de alto rendimiento (talento, inteligencia, entusiasmo, etc.), los líderes deben conocer a fondo los distintos tipos de liderazgo y cómo aplicarlos en la gestión de empleados o equipos.
Ejemplos de liderazgo autocrático
Nuestro primer ejemplo del tratamiento abusivo del laissez faire se centra en un popular libro de texto universitario, THE NATIONAL EXPERIENCE: A HISTORY OF THE UNITED STATES[4]. Los colaboradores de esta obra representan la flor y nata de los historiadores de la Corte: Entre ellos se encuentran C. Vann Woodward y (¡sorpresa de todas las sorpresas!) Arthur M. Schlesinger, Jr. Supuestamente, estos son los historiadores de la gran media de oro que han señalado la dialéctica contemporánea en su lucha siempre en movimiento. En este caso, es Woodward quien nos muestra lo Wertfrei que pueden ser los historiadores.
Este error también lo cometen los llamados amigos del “capitalismo moderno”. Para Walter Lippmann, por ejemplo, el hecho de que las actividades económicas estén protegidas por la ley (es decir, que algún organismo -en este caso, el gobierno- esté implicado), es una indicación de que el laissez faire es una “falacia”[6] Aquí, de nuevo, la falsa analogía. Que laissez faire signifique no regulación en materia económica no significa no intervención de la ley: Esta afirmación es tan relevante para los anarcocapitalistas como para los liberales clásicos. La analogía lleva a Lippmann a interpretaciones absurdas, como muestra lo siguiente: