Líderes negativos en el mundo
El liderazgo desempeña un papel importante en el éxito o el fracaso de cualquier organización. Y un gran liderazgo repercute directamente en el compromiso de los empleados y en la rentabilidad: unos empleados comprometidos pueden generar un 21% más de ingresos. El impacto del compromiso de los empleados recae en el liderazgo y en la forma en que dirigen a los equipos y a los individuos. Y cada líder de éxito desarrolla un estilo en función de su propia personalidad, objetivos y cultura empresarial basado en uno de estos tres tipos de estilos de liderazgo: autocrático, democrático y laissez-faire.
Tómese un momento para reflexionar sobre su propio estilo de liderazgo. ¿Prefiere dar órdenes o más bien educar y guiar? ¿Los demás tienen voz y voto en la dirección de su equipo u organización? ¿O es usted quien fija el objetivo y espera que el equipo le siga? Ser consciente de uno mismo es el primer paso para saber qué tipo de líder eres o quieres ser.
El líder autocrático entiende la fuerza de la autoridad. A los líderes autocráticos no les interesa abrir el proceso de toma de decisiones a todo el grupo. En su lugar, optan por llevar el liderazgo completamente solos. Esperan que quienes están bajo su autoridad acaten sus órdenes.
Ejemplo de líder negativo
El artículo de Daniel Goleman “¿Qué hace a un líder?” es el más solicitado en la historia de la Harvard Business Review. En él analizaba qué hacen realmente los líderes y qué impacto tienen estos comportamientos en las personas que les rodean.
Goleman es el psicólogo que introdujo el término “inteligencia emocional” en el campo del comportamiento humano. En sus investigaciones en casi 200 grandes empresas mundiales, Goleman descubrió que los líderes verdaderamente eficaces se distinguen por un alto grado de inteligencia emocional. Sin ella, una persona puede tener una formación de primera clase, una mente incisiva y un suministro inagotable de buenas ideas, pero aun así no será un gran líder.
Rasgos de liderazgo positivos y negativos
El lugar de trabajo medio de hoy en día dista mucho de ser positivo. Todo el mundo está ya tenso y nervioso debido a las exigencias del trabajo, el estrés, la política de la oficina y la economía. Si a esto le añadimos un líder pesimista y enfadado, el problema se agrava. De hecho, una encuesta reciente de Gallup calcula que la negatividad cuesta a la economía entre 250.000 y 300.000 millones de dólares al año y afecta a la moral, el rendimiento y la productividad de los equipos.
Si eres un líder, el autor de best-sellers Jon Gordon quiere que te tomes muy en serio este mensaje: Difundir energía negativa no resuelve nada; de hecho, hace que las personas se apaguen. La moral se resiente, los empleados se desvinculan, la productividad se resiente y los beneficios disminuyen.
“Es fácil enfadarse y dejarse llevar por la ira cuando las cosas van mal, pero entonces el problema se pierde porque se ha gestionado mal la situación”, dice Gordon, autor de “El poder del liderazgo positivo: Cómo y por qué los líderes positivos transforman equipos y organizaciones y cambian el mundo”. “Dirigir un equipo se parece mucho a ser padre. Si gritas a tus hijos, no captan el mensaje. En lugar de eso, tienes que utilizar el amor y la responsabilidad para ayudarles a rendir al máximo en todo momento.”
Efectos positivos y negativos de los estilos de liderazgo
Ser negativo no resuelve nada y, en la mayoría de los casos, hace que la gente se cierre y se desentienda, dice Jon Gordon, autor de The Power of Positive Leadership (El poder del liderazgo positivo). En su opinión, los mejores líderes comparten optimismo, esperanza e inspiración, incluso cuando las cosas van mal. Considere estos tres escenarios:
Un empleado vuelve a incumplir un plazo. Los líderes negativos atacan a la persona y se centran en el pasado. Los líderes positivos atacan el problema y se centran en el futuro. “Los líderes deben identificar por qué el empleado con bajo rendimiento no ha cumplido y entrenar a la persona para resolver el problema y alcanzar el éxito”, dice.
Un empleado puso una excusa para no alcanzar un objetivo. Los líderes negativos se quejan y culpan. Los líderes positivos identifican oportunidades de mejora. “Puedes quedarte en el pasado o mirar hacia delante para que la próxima oportunidad sea fantástica”, afirma.
Un empleado incumple la política. Los líderes negativos ignoran los problemas de algunas personas y actúan con dureza con otras. Los líderes positivos abordan los problemas sin rodeos y responsabilizan a todos los empleados: “Si alguien infringe el proceso y no lo abordas, todo el mundo sabe que no estás comprometido con él. Pero cuando quieres a la gente y la haces responsable, es increíble lo rápido que las cosas pueden avanzar en la dirección correcta”, concluye.