Perfiles tóxicos en los equipos de trabajo

9 empleados tóxicos a los que debería despedir

Cuando somos nuevos en el mundo laboral, a menudo nos vemos obligados a descubrir cómo ascender mientras gestionamos una variedad de “personalidades difíciles” con poca o ninguna preparación. En su libro, Jerks at Work: Toxic Coworkers and What to Do About Them, la autora Tessa West describe cinco personalidades difíciles específicas con las que es probable encontrarse en la oficina. Aunque cada “imbécil” difiere en cuanto a patrones de comportamiento, todos tienen un rasgo psicológico básico: Amenazan tu sensación de seguridad y control en el trabajo, tu capacidad para predecir cómo será tu día a día. He aquí algunas estrategias para comprender su funcionamiento interno y sus puntos débiles, así como formas eficaces de gestionarlos.

Como psicólogo social, llevo más de dos décadas estudiando la ciencia de las interacciones humanas. En docenas de contextos -desde pedir un aumento a tu jefe hasta mantener una conversación trivial con tus colegas- ha surgido un tema constante: El más mínimo indicio de conflicto hace que a la gente le tiemblen las rodillas. La mayoría de nosotros preferimos evitar por completo la confrontación antes que afrontar las consecuencias de un paso en falso.

¿Cómo identificar a un miembro tóxico del equipo?

Los empleados tóxicos suelen ser demasiado confiados, tienen actitudes egocéntricas y se saltan las normas. Tienden a no cooperar con los demás o a no respetar a sus compañeros de trabajo porque siempre miran por el número uno, lo que puede convertirlos en personas difíciles en el entorno laboral en el que más se necesita el trabajo en equipo.

¿Cuáles son los comportamientos inaceptables de un equipo?

Comportamientos inaceptables

El comportamiento agresivo o abusivo puede incluir: amenazas de daño físico o daño físico real. comportamiento o lenguaje (verbal o escrito) que pueda hacer que el personal se sienta ofendido, atemorizado, amenazado o maltratado. lenguaje insultante o degradante. rencores personales hacia cierto personal.

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7 señales de un empleado tóxico

El gerente, director o propietario de la empresa (dependiendo del tamaño) debe tomar medidas lo antes posible; es curioso que algunas personas no se den cuenta de que están siendo tóxicas, en serio, si nadie les dice nada, puede que nunca se den cuenta del impacto de sus acciones. Creo que una breve charla (amistosa pero directa) es buena con alguien así y preguntarle a esa persona “cómo está” “cómo le va la vida” “hay algo en lo que necesites ayuda” podría ser una mala racha para la persona en cuestión.

Sin embargo, esto no funciona cuando intentas hablar con una persona que se siente como si no fuera responsable de nada de lo que le planteas. Hablando desde la experiencia, un cambio sólo puede hacerse si alguien está dispuesto a escuchar y a hacer el cambio necesario. Además, cambiar su comportamiento a un nivel superior sólo funciona si los que están por encima del individuo están abiertos al cambio.

Llevo un par de meses tratando con un directivo tóxico y el impacto que está teniendo es deplorable. Haz lo que yo digo, no lo que yo hago parece ser su mantra o es a mi manera o la autopista. Tengo que lidiar con estas implicaciones mientras se esfuerzan por encontrar una manera, la que sea, de despedirme haciendo que otros me acusen falsamente de haber hecho algo malo. ¿Qué haces cuando tu jefe te respalda o al menos lo parece? Cuando has compartido tus preocupaciones con su jefe (y con el mío) pero no te han contestado y no te han informado, especialmente cuando se trata de las finanzas y de los errores que se cometen y que afectan tanto a tu rendimiento como al suyo. ¿Alguna aportación?

  Libros sobre equipos de trabajo

¿Por qué las empresas mantienen empleados tóxicos?

Si vives en este mundo, sabes que hay personas a las que quieres conocer, personas con las que quieres tener una relación, personas que son útiles, dignas de confianza y productivas. También están los que muestran potencial y prometen; esas relaciones que eliges alimentar con la esperanza de ver un resultado positivo. También sabes que hay personas que te harán perder tiempo y dinero y te frustrarán hasta que pongas fin a la relación. Luego están las personas que tienen algún atributo o rasgo de carácter que hace difícil dejarlas atrás. Puede que tengan una habilidad especial, que sean populares o que merezca la pena conocerlos de alguna manera. Pero, sin duda, pagarás un precio por continuar esta relación.

Todas las personas que he descrito también existen en los negocios. Las personas son personas y trasladan sus rasgos y tendencias al entorno laboral, donde pueden ayudarte, frenarte o perjudicarte. Puedo dividir estos “tipos” de empleados en cuatro categorías.

Definitivamente SÍ: Son el tipo de personas que desearías poder clonar para crear un equipo entero -una empresa entera- de ciudadanos empresariales modelo. Tienen un gran rendimiento. Son íntegros. Son concienzudos y dan ejemplo de buen comportamiento. Con estos ganadores, su trabajo como directivo es fácil. Todo lo que tiene que hacer es cuidarles y recompensarles. Con este equipo, puede seguir adelante, hacia delante y hacia arriba.

Comportamientos tóxicos de los empleados

Los comportamientos tóxicos suponen una enorme amenaza para la eficacia organizativa, en parte porque pueden existir en todos los niveles de una organización. El otro factor que complica la situación es que incluso algunas de las personas más competentes y productivas pueden mostrar comportamientos negativos y distractores. Venga de donde venga, es responsabilidad de los directivos detectar y corregir la toxicidad antes de que se extienda por toda la plantilla.

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Uno de los equipos más productivos de una organización, que llevaba funcionando más de una década, de repente tuvo problemas. Cuando el CEO y el CHRO profundizaron en el tema, descubrieron que había un conflicto entre dos miembros en particular. No era raro que estas personas hicieran comentarios pasivo-agresivos en las reuniones de equipo, dijeran a sus subordinados directos que ignoraran las peticiones del otro o incluso intentaran sabotear el trabajo de los demás. Los directivos sabían que ignorar el problema no era una opción. Los demás miembros del equipo, así como los compañeros que eran conscientes del conflicto tóxico, estaban profundamente afectados por lo que estaba ocurriendo. Si no se actuaba, se socavaría la fe en el Director General y en los altos directivos.

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