Escala de liderazgo orientado a la tarea
Cada líder de personas tiende a inclinarse por un estilo de liderazgo concreto en detrimento de otro. Algunos se centran en el bienestar de sus empleados y en crear una cultura de equipo positiva. Para otros, su objetivo principal es completar las tareas y alcanzar los objetivos a tiempo, dentro del presupuesto y según lo prometido.
Tenga en cuenta que no hay un estilo de liderazgo mejor que otro. Cada uno tiene sus pros y sus contras y requiere un cierto nivel de juicio para desplegar el tipo adecuado de gestión en las circunstancias adecuadas.
El primer paso para adaptar tu estilo de liderazgo a las circunstancias es identificar hacia cuál te inclinas de forma natural. Para ayudarle a hacerlo, he aquí un resumen del estilo de liderazgo orientado a la tarea frente al estilo de liderazgo orientado a las personas.
Un líder orientado a las tareas es alguien cuya máxima prioridad es realizar las tareas para alcanzar las metas u objetivos definidos en el plazo especificado. Se centra en los resultados, el rendimiento y la productividad de las personas, el equipo o el departamento que dirige.
¿Cuál es un ejemplo de comportamiento de líder orientado a la tarea?
Cualidades y ejemplos de liderazgo orientado a la tarea
Definir constantemente la estructura y los objetivos. Dar prioridad a la consecución de resultados específicos. Cumplir horarios rígidos. Exigir a los empleados que establezcan objetivos orientados al proceso y formulen planes para alcanzarlos.
¿Quién es un ejemplo de líder orientado a las personas?
Los líderes orientados a las personas suelen orientar a sus empleados de forma que mejoren su productividad y las relaciones con los demás empleados. Por ejemplo, un líder orientado a las personas puede instruir a un nuevo empleado sobre cómo mejorar sus habilidades de venta, en lugar de imponerle una estricta cuota de ventas.
Estilo de liderazgo centrado en las personas
En la empresa, el liderazgo es un papel complicado de desempeñar. Hay que encontrar el equilibrio adecuado entre estímulo y gestión. Hay que asegurarse de que se alcanzan los objetivos de la empresa manteniendo la productividad y mucho más. A menudo existen presiones múltiples y excluyentes que intentan empujarle en distintas direcciones simultáneamente.
Por ejemplo: ¿le preocupa más la consecución de los objetivos empresariales o el bienestar general de su equipo? ¿Cuál queda relegada a un segundo plano cuando se acerca una fecha límite?
Sin duda, cada tipo de liderazgo tiene sus pros y sus contras. Ninguno de los dos estilos es intrínsecamente mejor que el otro, ni para la empresa ni para los empleados. Todo depende del contexto, de utilizar las variables que controlas en tu beneficio y de crear un entorno productivo.
Imagina una situación en la que estás trabajando en un objetivo a largo plazo. De repente, el objetivo cambia, quizá debido a presiones externas. Este nuevo objetivo tiene un plazo muy ajustado y obligará a tus empleados a esforzarse para alcanzarlo. Sin embargo, usted cree que puede lograrlo mediante una gestión rigurosa y una sucesión de objetivos concretos.
Ventajas e inconvenientes del liderazgo orientado a las tareas
Donelson Forsyth define el modelo tarea-relación como “un modelo descriptivo del liderazgo que sostiene que la mayoría de los comportamientos de liderazgo pueden clasificarse como mantenimiento del rendimiento o mantenimiento de las relaciones”[1] El liderazgo orientado a las tareas (o centrado en las tareas) es un enfoque conductual en el que el líder se centra en las tareas que deben realizarse para alcanzar determinados objetivos o lograr un determinado nivel de rendimiento.
Los líderes orientados a la tarea se centran en realizar la tarea o serie de tareas necesarias para alcanzar un objetivo. Estos líderes suelen estar menos preocupados por la idea de satisfacer a los empleados y más por encontrar la solución paso a paso necesaria para cumplir unos objetivos concretos. Suelen definir activamente el trabajo y las funciones necesarias, establecer estructuras y planificar, organizar y supervisar los progresos del equipo[2].
La ventaja del liderazgo orientado a las tareas es que garantiza el cumplimiento de los plazos y la finalización de los trabajos, y es especialmente útil para los miembros del equipo que no gestionan bien su tiempo. Además, este tipo de líderes tienden a ejemplificar una gran comprensión de cómo hacer el trabajo, centrándose en los procedimientos necesarios en el lugar de trabajo y delegando el trabajo en consecuencia para asegurarse de que todo se hace a tiempo y de forma productiva[3].
Liderazgo orientado al equipo
Se utilizan procesos de toma de decisiones democráticos y participativos para invitar a los miembros del personal a contribuir, y su desarrollo personal -así como el éxito de la organización- es una consideración clave de todas las actividades.
Como se da prioridad a las relaciones, el liderazgo orientado a las personas suele gozar de gran prestigio en una organización. Los directivos son cada vez más conscientes de la importancia de una cultura de trabajo que haga que las personas se sientan implicadas y respetadas, y tratan de utilizar estilos de liderazgo que fomenten estas cosas.
En los lugares de trabajo orientados a las tareas, un fuerte enfoque en la consecución de resultados puede a veces ir en detrimento de las consideraciones personales. Cuando la gente se siente relegada, la calidad de su trabajo, e incluso su lealtad a la empresa, pueden empezar a resentirse.
Este diálogo se extiende también a otros ámbitos. Si un miembro del equipo siente que se le escucha, es más probable que se muestre abierto sobre las dificultades a las que pueda enfrentarse en su puesto, lo que ofrece la oportunidad de cortar los problemas de raíz.