Liderazgo transformacional
El liderazgo desempeña un papel importante en el éxito o el fracaso de cualquier organización. Y un gran liderazgo repercute directamente en el compromiso de los empleados y en la rentabilidad: unos empleados comprometidos pueden generar un 21% más de ingresos. El impacto del compromiso de los empleados recae en el liderazgo y en la forma en que dirigen a los equipos y a los individuos. Y cada líder de éxito desarrolla un estilo en función de su propia personalidad, objetivos y cultura empresarial basado en uno de estos tres tipos de estilos de liderazgo: autocrático, democrático y laissez-faire.
Tómese un momento para reflexionar sobre su propio estilo de liderazgo. ¿Prefiere dar órdenes o más bien educar y guiar? ¿Los demás tienen voz y voto en la dirección de su equipo u organización? ¿O es usted quien fija el objetivo y espera que el equipo le siga? Ser consciente de uno mismo es el primer paso para saber qué tipo de líder eres o quieres ser.
El líder autocrático entiende la fuerza de la autoridad. A los líderes autocráticos no les interesa abrir el proceso de toma de decisiones a todo el grupo. En su lugar, optan por llevar el liderazgo completamente solos. Esperan que quienes están bajo su autoridad acaten sus órdenes.
Liderazgo autocrático
Una de las principales tareas de un líder empresarial es conseguir que su equipo crea en un proyecto, mantenerlos motivados y sacar lo mejor de cada miembro en pos de los objetivos corporativos. El problema es que no existe una fórmula mágica y, por tanto, tenemos un amplio abanico de estilos de liderazgo.
La pregunta correcta que hay que hacerse no es por qué todas las organizaciones necesitan tener líderes, sino qué estilo de liderazgo se necesita en cada caso concreto. En el caso de una empresa, esto dependerá de diferentes factores: su posición en el mercado, la organización interna, el modelo de negocio, los objetivos corporativos y las tendencias del entorno en el que opera. Sea como fuere, el estilo de liderazgo elegido será la clave del éxito o el fracaso de una organización.
Se basa en el principio de que los trabajadores tienen las habilidades y la experiencia necesarias para realizar su trabajo y, por tanto, cualquier intervención de la dirección es perjudicial. Un líder laissez faire hace que su equipo se sienta menos constreñido y más valorado.
Ejemplos de estilos de liderazgo en la empresa
Dirigir una empresa hacia el éxito puede ser un gran reto. El liderazgo como rasgo que todo empresario y directivo debe poseer, pero puede ser bastante fluido. La razón principal es que el entorno del mercado es propenso a cambios repentinos y habituales.
Un estilo de liderazgo no puede ser aplicable en todas las situaciones. Por eso el liderazgo debe ser adaptativo y capaz de ajustarse al entorno en el que se encuentra una organización. Ser líder es, por tanto, algo más que ser la cabeza de la empresa.
Un líder es capaz de inspirar a todos los miembros de la organización y animarles a buscar la excelencia. Sin embargo, elegir un estilo de liderazgo no es fácil. Tienes que tener en cuenta a las personas que trabajan para ti, los objetivos de tu empresa y la forma en que quieres que ésta crezca y alcance el éxito. Teniendo esto en cuenta, aquí tienes algunos de los estilos de liderazgo más eficaces para el éxito empresarial.
Este estilo de liderazgo suele ser eficaz para la mayoría de las empresas. Como ya habrás adivinado, este estilo se basa en la democracia a la hora de tomar decisiones importantes. Como tal, un líder tiene la última palabra en el asunto, pero tendrá en cuenta otras opiniones, comentarios e ideas antes de tomar la decisión definitiva.
Estilos de liderazgo
Este enfoque de liderazgo no suele definir expectativas específicas, sino que se centra en el objetivo de la empresa en su conjunto. En su lugar, los líderes visionarios animan a sus empleados a encontrar su propia manera de hacer las cosas.
El estilo de liderazgo autocrático se define por alguien que dirige la toma de decisiones sin consultar a los demás miembros del equipo. No se fomentan las opiniones de los miembros del equipo, pero se exige su obediencia. Se espera que los empleados acaten una decisión en un plazo determinado por el líder.
Al contrario que el Autocrático, el liderazgo Laissez-faire es uno de los estilos de gestión más laxos. Un líder Laissez-faire delega tareas en los miembros de su equipo y les da libertad para hacer su trabajo. Proporciona recursos y apoyo, pero por lo demás se implica y supervisa muy poco.
En un estilo de liderazgo democrático, los miembros del equipo participan activamente en el proceso de toma de decisiones. Un líder democrático esperará incluso a llegar a un consenso hasta que se haya tenido en cuenta la opinión de todos los empleados. En última instancia, el líder tiene la última palabra, pero siempre se tiene en cuenta la opinión del equipo.