Liderazgo con éxito
¿Tiene usted las dotes de liderazgo que buscan los empresarios? Ya sea director de oficina o jefe de proyecto, todos los buenos líderes requieren una serie de habilidades interpersonales que les ayuden a interactuar positivamente con los empleados o miembros del equipo.
Los líderes eficaces tienen la capacidad de comunicarse bien, motivar a su equipo, gestionar y delegar responsabilidades, escuchar opiniones y tener la flexibilidad necesaria para resolver problemas en un lugar de trabajo en constante cambio.
Como líder, debe ser capaz de explicar clara y sucintamente a sus empleados desde los objetivos de la organización hasta las tareas específicas. Los líderes deben dominar todas las formas de comunicación, incluidas las conversaciones individuales, departamentales y con toda la plantilla, así como la comunicación por teléfono, correo electrónico, vídeo, chat y redes sociales.
Los líderes deben inspirar a sus trabajadores para que hagan un esfuerzo adicional por sus organizaciones; el mero hecho de pagar un salario justo a los empleados no suele ser suficiente inspiración (aunque también es importante). Hay varias formas de motivar a sus trabajadores: puede fomentar la autoestima de los empleados mediante el reconocimiento y las recompensas, o dándoles nuevas responsabilidades para aumentar su inversión en la empresa.
Valores de la empresa
Para muchas empresas, el liderazgo está muy bien recompensado y considerado. Esto se debe en parte al hecho de que la mayoría de las empresas valoran a los empleados que van más allá de su carga de trabajo. Además, el liderazgo puede tener efectos positivos de largo alcance, influyendo en la moral y la productividad de todo un departamento o equipo. De hecho, una encuesta realizada en 2014 por la American Management Association reveló que el liderazgo se consideraba más importante que nunca debido a un entorno empresarial cada vez más competitivo.
El liderazgo adopta muchas formas. Ya sea como animador de un equipo o como gestor de un proyecto importante, unas buenas dotes de liderazgo pueden tener un valor incalculable. A pesar de los diferentes tipos de liderazgo, los buenos líderes tienden a compartir ciertos rasgos generales. Para ser un buen líder, hay que saber manejar el estrés, afrontar los conflictos y entender a la gente. Por eso, algunas personas no son aptas para un puesto de liderazgo por sus rasgos de personalidad y sus preferencias.
Cuáles son mis valores
¿O un líder de éxito es aquel que puede transformar la cultura de una empresa para que permita prosperar a cada individuo? ¿Al mismo tiempo que alcanza los objetivos de la empresa y se mantiene fiel a sus valores fundamentales?
Si usted es un aspirante a líder que tiene la intención de apoyar a su equipo, es posible que se sienta un poco abrumado por todo lo que necesita. Especialmente si también se está centrando en transformar y mejorar la cultura organizativa. Y quieres ser reconocido por exhibir un comportamiento de liderazgo ético.
Porque tus valores determinan cómo ejecutas el liderazgo, el ambiente de equipo que creas y el éxito de tu empresa. Los valores que muestre como líder impregnarán toda su organización y afectarán a su rendimiento.
Al aceptar la noción de que puedes desarrollar cualidades de liderazgo, también puedes elegir los valores de liderazgo que quieres desarrollar. Esto es posible tanto a través de la formación en liderazgo como de la atención plena y la práctica.
Los líderes tienen la importante responsabilidad de crear y mantener la visión de la organización. ¿En qué quiere convertirse la empresa en los próximos 5, 10 o 20 años, y qué pasos hay que dar para alcanzar ese objetivo?
Valores de liderazgo
Un liderazgo sólido es el trampolín que impulsa a una empresa hacia adelante. De hecho, una empresa con una dirección inadecuada es similar a un barco sin timón perdido en un océano de competencia y tendencias de mercado impredecibles. Los buenos líderes dirigen la organización por el buen camino, motivando a las personas para que colaboren en la consecución de un objetivo común sin coartar su autonomía y creatividad. Esto no sólo fomenta unas relaciones laborales sólidas y la confianza mutua de arriba abajo. También ayuda a construir una cultura organizativa sana en la que todos se sientan valorados y conectados. Y lo que es más importante, inculcar valores positivos en la empresa aumenta el compromiso de los empleados. Y sus beneficios son innumerables.
Una investigación realizada por la empresa de análisis y asesoramiento Gallup muestra que los empleados muy comprometidos aumentan su productividad en un 21%. El estudio también revela una disminución del 41% del absentismo y un 59% menos de rotación en las organizaciones en las que la plantilla está plenamente comprometida. Además, una plantilla comprometida se compromete a lograr un rendimiento excelente y de alta calidad. Toman decisiones bien meditadas y trabajan meticulosamente, desde seguir los procesos hasta garantizar la seguridad en el lugar de trabajo. También tienen un mejor equilibrio entre la vida laboral y personal, ofrecen una atención al cliente excepcional y son menos vulnerables al estrés.