El liderazgo de Nelson Mandela
Nelson Mandela, o “Madiba”, como se le conocía cariñosamente, falleció el 5 de diciembre de 2013. No solo perdimos a un gran hombre y a un gran líder para su país, sino también a un brillante ejemplo del tipo de liderazgo que tan desesperadamente necesitamos hoy en día. Ha dejado un enorme vacío de inspiración.
No nos equivoquemos, Mandela era un líder polémico. Al principio de su carrera, abrazó y abogó por la violencia para conseguir sus fines políticos, y no creía que la protesta no violenta, como la que utilizaban Gandhi y Martin Luther King, funcionara. Pero la larga estancia de Mandela en prisión le cambió.
A diferencia de Gandhi, que decía que la no violencia y la verdad eran inseparables, y de King, que declaró célebremente que la violencia era inmoral, Mandela abrazó de joven la lucha armada para acabar con el sistema racista del apartheid.Como joven político, su retórica era airada, intransigente e inspiradora. En última instancia, el mundo recuerda a Mandela no por su llamamiento a las armas, sino por su llamamiento a la reconciliación en un país profundamente dividido por la raza.
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Nelson Mandela, que creció en medio de una gran desigualdad, tuvo la visión de que Sudáfrica superaría el racismo. Cuando era niño, se instauró el apartheid, que provocó una segregación masiva. Sin embargo, en aquella época Mandela no se llamaba Nelson. Era Rolihlahla Mandela, al que se vio obligado a renunciar y adoptar un nuevo nombre más pronunciable para la minoría blanca (A&E Networks, 2014). Tal vez su nombre de nacimiento sea mucho más adecuado para él, ya que se traduce como “alborotador” en la lengua xhosa. Rechazos culturales como este fueron los que iniciaron su pasión por marcar la diferencia en Sudáfrica, que más tarde utilizaría para influir en sus numerosos seguidores, incluidos los de otras partes del mundo. Nelson Mandela creó una cultura de paz, aceptación y perdón, transformando la Sudáfrica del apartheid, así como los corazones y las mentes de muchos.
El apartheid se instauró en África a finales de la década de 1940 con la intención de permitir “la igualdad de desarrollo y la libertad de expresión cultural, pero la forma en que se aplicó lo hizo imposible”. Las leyes del apartheid obligaron a los distintos grupos raciales a vivir y desarrollarse por separado, y de forma muy desigual” (Historia de Sudáfrica en línea). Esta legislación trajo consigo una segregación muy similar a la de la América segregada, pero quizá aún más severa. Nadie podía ser sorprendido hablando con alguien de otra raza sin que recayeran sospechas sobre él. Las zonas estaban restringidas a los negros, y éstos no tenían ni de lejos tantos derechos como los blancos. Los blancos, sin embargo, eran la minoría. Mandela vio esta injusticia y decidió intervenir. Este deseo de igualdad dio comienzo a su papel de líder transformacional, ya que “es habitual que los líderes transformacionales creen una visión. La visión surge de los intereses colectivos de varios individuos y unidades de una organización” (Northouse, 2022).
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Nelson Mandela fue presidente de Sudáfrica entre 1994 y 1999, pero su impacto como líder transformador perdurará durante incontables décadas. En primer lugar, Mandela fue un líder fantástico porque apreciaba el poder de los símbolos y la persuasión moral de los actos genuinos de bondad. Siendo un servidor de los demás y realizando actos sencillos y aleatorios de bondad hacia los demás, Mandela sirvió de inspiración tanto a sus subordinados como a otros líderes. Su recurrente énfasis en el perdón también era increíble. Tras salir de la cárcel, dijo: “Ahora trabajo con la misma gente que me metió en la cárcel, persiguió a mi mujer, acosó a mis hijos de una escuela a otra… y yo soy de los que dicen: Olvidemos el pasado y pensemos en el presente”. Esta forma sobrenatural de abnegación y perdón sigue inspirando a otros y transformando las opiniones de la sociedad. Siguió siendo un ejemplo de reconciliación y visión para sus compatriotas. No sólo puso el listón alto, sino que también esperaba que sus subordinados estuvieran a la altura. Les proporcionó el apoyo que necesitaban para lograr grandes cosas.
Rasgos de liderazgo de Nelson Mandela
En las últimas semanas, los medios de comunicación de todo el mundo han ofrecido a diario titulares sobre el mal estado de salud de Nelson Mandela. Sin duda, Mandela es un líder muy apreciado no sólo por su pueblo, sino por todo el mundo, que ha sido testigo de su tenacidad y compromiso con la causa por la que luchó. Nelson Mandela ejemplifica al líder transformacional que motiva a sus seguidores a alcanzar logros excepcionales a través del carisma, la inspiración, la atención individualizada y la estimulación intelectual.
Los líderes transformacionales intentan inspirar a los demás atendiendo a las necesidades de autorrealización de los individuos para apoyar el bien mayor en lugar de sus propios intereses personales (Kuhnert, 1994) y reconocen que “es más probable que se produzcan efectos carismáticos en contextos en los que los seguidores se sienten angustiados” (Northouse, 2013, p189). Nelson Mandela comprendía a su pueblo y sus deseos de libertad y democracia. Los seguidores de Nelson Mandela creían que sus ideales y su visión representaban el medio para poner fin a los años de intolerancia en su país. Tenían el fuerte deseo de satisfacer sus necesidades de autorrealización y liberarse de años de segregación y discriminación. En consecuencia, se sentían capacitados para adoptar las medidas necesarias para alcanzar sus objetivos comunes, y estaban dispuestos a acatar las orientaciones dadas por su líder. Además de las características de Mandela y sus seguidores, las características situacionales también facilitaron el éxito de Mandela como líder transformacional. Durante los veintisiete años que Mandela pasó en prisión, reunió un inmenso apoyo internacional en todo el mundo. Junto con el apoyo nacional, este sistema de respaldo internacional culminó en su eventual liberación y toma de posesión como primer presidente negro de Sudáfrica el 10 de mayo de 1994.