Evolución del concepto de liderazgo
¿Se ha preguntado alguna vez de dónde viene la palabra liderazgo? El Arcade Dictionary of Word Origins explica dos raíces de la palabra plomo. Una describe el metal, que “puede proceder en última instancia de una fuente indoeuropea que significa ‘fluir’ (una referencia al bajo punto de fusión del metal)”. La otra se remonta a “una palabra prehistórica de origen germánico occidental y septentrional, laithjan”, derivada de laitho, que significa camino o viaje, y de la que procede la palabra inglesa load. Etimológicamente, pues, “plomo significa hacer camino”.
En la época medieval, la palabra plomo empezó a adquirir dimensiones más específicas. El OnlineEtymology Dictionary nos dice que la idea de estar “en primer lugar” surgió en el siglo XIV. De hecho, el significado de plomo “el lugar delantero o principal” es de la década de 1560, cuando se estigmatizó como “una palabra baja y despreciable”. Su uso en los juegos de cartas data de 1742; “en el teatro, de 1831; en el periodismo, de 1927; en las bandas de jazz, de 1934”. Resulta interesante que ocupar una posición de “liderazgo” en relación con los demás, parte de lo que parece haberse convertido en una característica principal del liderazgo en los tiempos modernos, es diferente de construcciones lingüísticas anteriores que veían el liderazgo en términos mucho más existenciales (es decir, “liderar” la propia vida). La pregunta es: ¿qué permite la transferencia entre estas definiciones?
¿De dónde viene el liderazgo?
Aunque todos hemos experimentado el liderazgo en nuestras vidas, muy pocas veces se nos pide que definamos “qué es un buen líder”. Las respuestas varían de una empresa a otra y de una persona a otra, lo que hace que las cualidades del liderazgo sean aún más difíciles de precisar.
Un líder eficaz tiene una visión compartida alineada con los valores fundamentales y entiende lo que se necesita para alcanzar los objetivos de su equipo. Inspira, dirige y apoya a sus equipos para que trabajen de forma creativa y con confianza hacia esa visión compartida.
Un líder empodera a los miembros de su equipo para que adopten sus propias cualidades de liderazgo y actúen con pasión y responsabilidad independientes. Además, inspira y motiva a sus equipos para que mantengan el progreso y el entusiasmo a largo plazo hacia la consecución de sus objetivos.
Ahora ya entiende mejor quién es un líder, pero puede que aún se pregunte: “¿qué hace un líder?”. La vieja respuesta de “depende” es bastante pertinente en este caso. Las funciones específicas de cada líder cambian en función del tamaño de su equipo, organización o base. También depende de sus valores y objetivos, tanto a corto como a largo plazo.
Palabra latina para liderazgo
En un momento de la historia en el que la capacidad de liderazgo del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se cuestiona casi a diario, quizá sea como dijo Orwell: el lenguaje sin sentido puede ser beneficioso, en política pero sobre todo en los círculos del sector público y privado.
Por alguna razón, el liderazgo en las grandes organizaciones ha reducido la gestión a algo más formulista y, en general, menos digno, aunque ciertamente suene mejor. ¿Quién querría ser llamado gestor cuando puede ser llamado líder?
Según los investigadores Mats Alvesson y Stefan Sveningsson, atribuir caché de liderazgo a comportamientos cotidianos como reconocer a los demás, escuchar bien y, en general, simplemente charlar “extraordinariza lo mundano”. Cuando escuchamos activamente en un bar, por ejemplo, lo llamamos amistad; cuando lo hacen nuestros ejecutivos o incluso comandantes en jefe, lo llamamos liderazgo.
Otorgar automáticamente el estatus de liderazgo a los puestos de trabajo puede poner de relieve la autoridad de un directivo sobre los demás y su perfil dentro de una organización, pero también refleja hasta qué punto somos incuestionables sobre lo que es el liderazgo.
Palabra griega para liderazgo
Los líderes eficaces se interesan personalmente por el desarrollo a largo plazo de sus empleados y utilizan el tacto y otras habilidades sociales para animarles a dar lo mejor de sí mismos. No se trata de ser “simpático” o “comprensivo”, sino de aprovechar las motivaciones individuales para promover un objetivo de toda la organización.
El aspirante a analista del liderazgo suele estudiar la popularidad, el poder, la espectacularidad o la sabiduría en la planificación a largo plazo. Pero ninguna de estas cualidades es la esencia del liderazgo. El liderazgo es la consecución de un objetivo a través de la dirección de ayudantes humanos, un logro humano y social que se deriva de la comprensión que el líder tiene de sus compañeros de trabajo y de la relación de sus objetivos individuales con el objetivo del grupo.
Para tener éxito, los líderes deben aprender dos lecciones básicas: Las personas son complejas y diferentes. Los seres humanos no sólo responden a la zanahoria y el palo tradicionales, sino también a la ambición, el patriotismo, el amor por lo bueno y lo bello, el aburrimiento, la duda de sí mismos y muchos otros deseos y emociones. Una persona puede encontrar satisfacción en resolver problemas intelectuales, pero puede que nunca se le dé la oportunidad de explorar cómo esa satisfacción puede aplicarse a los negocios. Otro puede necesitar una relación amistosa y de admiración y sentirse constantemente frustrado por el fracaso de su superior a la hora de reconocer y aprovechar esa necesidad.