¿Por qué me falta capacidad de liderazgo?
EL LIDERAZGO NO ES FÁCIL. ES GRATIFICANTE, SÍ. PERO NO ES FÁCIL. Todos los días te van a llegar retos de liderazgo. Desde todos los lados, a la vuelta de cada esquina, incluso desde dentro. El liderazgo -el verdadero liderazgo basado en la honestidad, la autenticidad y las relaciones significativas- requiere agallas. El tipo de liderazgo que inspira a los demás, sirve a los demás y los dirige hacia un propósito y una visión mayores… es un trabajo duro.
Hay muchos baches en el camino del liderazgo. A veces son barricadas. A veces el puente está completamente fuera. Pero cada reto es una oportunidad. Es una oportunidad para aprender sobre uno mismo, mejorar las habilidades y reforzar la inteligencia emocional, tan fundamental para un liderazgo eficaz.
Sí, hay muchas fuerzas externas que pueden poner obstáculos en tu camino. Pero la mayoría de las veces, son nuestros propios pensamientos, sentimientos y formas de reaccionar ante las situaciones los que pueden crear algunos de los mayores obstáculos en el liderazgo.
1. Cuando estás en una posición de liderazgo, puede ser fácil empezar a creer en tu propia prensa. Puede que las cosas vayan muy bien. Se oyen elogios. Es fácil empezar a creer que todo este éxito es obra tuya. Que quizá, sólo quizá, sea usted quien merezca el mérito por los mayores logros de su organización.
Falta de capacidad de liderazgo en el lugar de trabajo
El liderazgo es una responsabilidad que nadie debe tomarse a la ligera. El fracaso en el liderazgo puede deberse a muchos factores, entre ellos la falta de experiencia del líder, la escasa capacidad de comunicación y los conflictos con otros líderes. Los líderes deben dar lo mejor de sí mismos en todo momento para no arriesgarse a perder el respeto de quienes les rodean o a socavar su autoridad como líderes.
Todo líder de éxito debe fracasar en algún momento. Independientemente de que el líder tenga o no las aptitudes necesarias para su puesto, la eficacia del liderazgo puede depender de factores externos como la cultura organizativa, el tamaño de la empresa y el entorno de trabajo.
Esto incluye hablar de la empresa en público, así como las discusiones internas con el equipo. A menudo, el líder tiene que tomar decisiones sobre la marcha y explicarlas al equipo en poco tiempo.
Cuando una organización va bien, el líder suele contar con un buen equipo que le apoya en la consecución de sus objetivos. Sin embargo, cuando una organización va mal, es posible que el equipo del líder no pueda apoyarle.
Problemas y soluciones de liderazgo
Quizá hayas tenido personas en tu vida de las que nunca podías estar seguro de cómo se tomarían una mala noticia o qué pensarían de una idea. La cuestión es que la gente no quiere trabajar para personas imprevisibles o, peor aún, hostiles ante un reto. Los mejores líderes son los que saben reírse y aprender de los errores, y los que acogen todas las ideas vengan de donde vengan.
¿Sabes lo que dicen de que los tiempos difíciles unen a la gente? Si eres un líder y quieres que tu organización esté mejor preparada para afrontar los retos, ¿quieres que toda tu gente tenga la misma formación, las mismas perspectivas y las mismas experiencias? Por supuesto que no. Cuando las cosas se ponen difíciles, quiere un equipo lo más diverso posible, de modo que cuando haya que resolver un problema, las posibles soluciones con las que tenga que trabajar sean tan variadas como las personas de las que se ha rodeado.
Lo habrás oído mil veces, pero los líderes no deben tener miedo a asumir riesgos. ¿Tienes una corazonada? Cuéntasela a tu equipo. ¿Alguno de tus especialistas tiene una idea que parece mágica? Pruébela. Puede que fracase, pero piense en lo que aprenderá en el proceso.
Cómo resolver los problemas de liderazgo
En nuestro blog anterior, Los malos líderes pueden cambiar de aires, describíamos a un grupo de 71 líderes que fueron capaces de elevar su eficacia de liderazgo del percentil 23 al 56, es decir, de ser malos líderes a ser buenos. Aunque a muchos lectores les impresionó que eso pudiera ocurrir, muchos más sintieron curiosidad (e incluso dudas) sobre cómo podía suceder. Es cierto que no todos los líderes pueden hacerlo. Pero 71 de estas personas (que representaban las tres cuartas partes de todo el grupo de líderes pobres de este estudio) lograron este cambio aparentemente hercúleo. ¿Cómo lo lograron?
Utilizando datos de feedback de 360 grados durante un periodo de 12 a 18 meses, pudimos hacer un seguimiento de lo que hacían exactamente los líderes que habían realizado los progresos más significativos. Descubrimos que prácticamente todos ellos (más del 80%) mejoraron significativamente su capacidad para ejecutar nueve habilidades de liderazgo concretas.
Al revisar esta lista de lo que nuestros malos líderes hicieron para mejorar, creemos que estará de acuerdo en que lo que estamos describiendo son virtudes comunes que no se habían practicado con suficiente frecuencia. Nuestros datos muestran que tomar estas medidas es especialmente eficaz para aumentar el éxito de los líderes que antes se consideraban malos, pero pueden mejorar a todos los líderes. Para nosotros, eso significa que todo el mundo -los malos líderes, los líderes medios e incluso los buenos líderes- puede cambiar de aires. Entonces, ¿qué le frena?