Hbr emotional intelligence review
Un alto nivel de inteligencia emocional puede crear un gran ambiente de trabajo y mejorar la satisfacción laboral y el rendimiento general en el lugar de trabajo. Por otro lado, un bajo nivel de inteligencia emocional creará estrés, un mal ambiente de trabajo y problemas dentro de la organización.
Ser inteligente emocionalmente es una habilidad crucial para los líderes, ya que puede ayudarles en muchos aspectos de sus tareas diarias: comunicarse con éxito con su equipo, asignar adecuadamente a los empleados para que cumplan tareas específicas, calmar discusiones antes de que surjan problemas, etc.
Existen tres ramas principales de creencias sobre la inteligencia emocional:1. El modelo de habilidad: la idea es que se necesitan cuatro habilidades para ser emocionalmente inteligente:2. El modelo de rasgo: la idea es que se necesitan cuatro habilidades para ser emocionalmente inteligente. 2. El modelo de rasgos: la idea es que la inteligencia emocional es un rasgo de la personalidad y no una habilidad que se pueda enseñar. 3. El modelo mixto: la idea es que la inteligencia emocional es una mezcla de habilidades, rasgos de la personalidad y otras cualidades como ser observador, saber escuchar, etc.
La gente suele pensar que tener un coeficiente intelectual alto significa que una persona es increíblemente inteligente y que probablemente tendrá éxito en todo lo que haga. Sin embargo, las cosas son un poco más complejas que eso, ya que los tests de CI sólo evalúan tipos específicos de inteligencia, como la lógico-matemática y la lingüística. De hecho, muchas personas con un CI alto tienen unas habilidades sociales notoriamente pobres.
Inteligencia emocional liderazgo
¿Por qué estudiar Inteligencia Emocional? Bueno, ¿te imaginas un mundo en el que no entendieras ninguno de tus sentimientos? ¿O en el que no pudieras percibir que otra persona está enfadada contigo por la expresión feroz de su cara? ¡Sería una pesadilla!
También esperamos responder a algunas de sus preguntas sobre la inteligencia emocional, como “¿la inteligencia emocional implica competencias específicas?” y “¿está la inteligencia emocional vinculada a los rasgos de la personalidad?”. Disfrútelo.
Antes de seguir leyendo, hemos pensado que le gustaría descargarse gratis nuestros 3 Ejercicios de Inteligencia Emocional. Estos ejercicios de base científica no sólo mejorarán su capacidad para comprender y regular sus emociones, sino que también le proporcionarán las herramientas necesarias para fomentar la inteligencia emocional de sus clientes, alumnos o empleados.
¿A qué nos referimos cuando hablamos de inteligencia emocional? Empecemos por hablar de “inteligencia”. La inteligencia se refiere a la capacidad mental humana única para manejar y razonar sobre la información (Mayer, Roberts y Barsade, 2008).
Inteligencia emocional
Desde un punto de vista científico (más que popular), la inteligencia emocional es la capacidad de percibir con precisión las emociones propias y ajenas; de comprender las señales que las emociones envían sobre las relaciones; y de gestionar las emociones propias y ajenas. No incluye necesariamente las cualidades (como optimismo, iniciativa y confianza en uno mismo) que le atribuyen algunas definiciones populares.
Los líderes más eficaces se parecen en un aspecto crucial: todos tienen un alto grado de lo que se ha dado en llamar inteligencia emocional. No es que el coeficiente intelectual y las habilidades técnicas sean irrelevantes. Sí importan, pero… son los requisitos de entrada para los puestos ejecutivos. Mi investigación, junto con otros estudios recientes, muestra claramente que la inteligencia emocional es la condición sine qua non del liderazgo. Sin ella, una persona puede tener la mejor formación del mundo, una mente incisiva y analítica y un sinfín de ideas inteligentes, pero seguirá sin ser un gran líder.
Comprender en qué consiste exactamente la inteligencia emocional es importante, no sólo porque esta capacidad es fundamental para el liderazgo, sino también porque las personas que poseen algunos de sus elementos pueden carecer por completo de otros, a veces con efectos desastrosos. Salovey, que ahora es rector de Yale, expone esta idea en una charla que dio en una conferencia sobre liderazgo en 2010, en la que describe cómo una sola imagen (que ni siquiera podemos ver) ilustra la notable disparidad en la inteligencia emocional del presidente Clinton, tan notable por su empatía y tan carente de autocontrol.
Inteligencia emocional, daniel goleman
La inteligencia emocional (IE) suele definirse como la capacidad de percibir, utilizar, comprender, gestionar y manejar las emociones. Las personas con un alto nivel de inteligencia emocional pueden reconocer sus propias emociones y las de los demás, utilizar la información emocional para guiar el pensamiento y el comportamiento, discernir entre distintos sentimientos y etiquetarlos adecuadamente, y ajustar las emociones para adaptarse al entorno.[1] Aunque el término apareció por primera vez en 1964,[2] ganó popularidad en 1995 con el éxito de ventas del libro Inteligencia emocional, escrito por el periodista científico Daniel Goleman. Goleman definió la IE como el conjunto de habilidades y características que impulsan el rendimiento del liderazgo[3].
La inteligencia emocional se refiere a la capacidad de percibir, controlar y evaluar las emociones. Algunos investigadores sugieren que la inteligencia emocional puede aprenderse y fortalecerse, mientras que otros afirman que es una característica innata[cita requerida].
Se han desarrollado varios modelos para medir la IE. El modelo de rasgos, desarrollado por Konstantinos V. Petrides en 2001, se centra en el autoinforme de disposiciones conductuales y habilidades percibidas[4] El modelo de habilidades, desarrollado por Peter Salovey y John Mayer en 2004, se centra en la capacidad del individuo para procesar información emocional y utilizarla para desenvolverse en el entorno social[5] El modelo original de Goleman puede considerarse ahora un modelo mixto que combina lo que desde entonces se ha modelado por separado como IE de habilidades y IE de rasgos. Investigaciones más recientes se han centrado en el reconocimiento de emociones, que se refiere a la atribución de estados emocionales basados en observaciones de señales visuales y auditivas no verbales[6][7] Además, estudios neurológicos han intentado caracterizar los mecanismos neurales de la inteligencia emocional[8][9].