Escala de inteligencia emocional
Peter Salovey y John D. Mayer acuñaron el término “inteligencia emocional” en 1990, describiéndolo como “una forma de inteligencia social que implica la capacidad de controlar los sentimientos y emociones propios y ajenos, de discriminar entre ellos y de utilizar esta información para guiar el pensamiento y la acción”.
Salovey y Mayer también iniciaron un programa de investigación destinado a desarrollar medidas válidas de la inteligencia emocional y explorar su significado. Por ejemplo, descubrieron en un estudio que cuando un grupo de personas veía una película perturbadora, las que puntuaban alto en claridad emocional (que es la capacidad de identificar y dar nombre a un estado de ánimo que se está experimentando) se recuperaban más rápidamente. En otro estudio, los individuos que puntuaban más alto en la capacidad de percibir con precisión, comprender y valorar las emociones de los demás eran más capaces de responder con flexibilidad a los cambios en su entorno social y de crear redes sociales de apoyo.
En la década de 1990, Daniel Goleman conoció el trabajo de Salovey y Mayer, que dio lugar a su libro Inteligencia emocional. Goleman era redactor científico del New York Times, especializado en investigaciones sobre el cerebro y el comportamiento. Se formó como psicólogo en Harvard, donde trabajó con David McClelland, entre otros. McClelland formaba parte de un grupo creciente de investigadores preocupados por lo poco que decían los tests tradicionales de inteligencia cognitiva sobre lo que se necesita para tener éxito en la vida.
Por qué es importante la inteligencia emocional
La inteligencia emocional (IE) se denomina a veces cociente emocional o alfabetización emocional. Las personas con inteligencia emocional son capaces de relacionarse con los demás con compasión y empatía, tienen habilidades sociales bien desarrolladas y utilizan esta conciencia emocional para dirigir sus acciones y su comportamiento. El término fue acuñado en 1990 por los psicólogos John Mayer y Peter Salovey. En 1995, el psicólogo y periodista Daniel Goleman publicó el exitoso libro Inteligencia emocional, que se basaba en el trabajo de Mayer y Salovey y popularizó el concepto de IE.
Se cree que la amígdala, una estructura del sistema límbico (el centro conductual del cerebro) situada cerca del tronco encefálico, es responsable del aprendizaje emocional y la memoria emocional. Los estudios han demostrado que los daños en la amígdala pueden mermar la capacidad de juzgar el miedo y otras emociones en las expresiones faciales (de “leer” las emociones de los demás), una habilidad fundamental para una interacción social eficaz. La amígdala funciona como un álbum de recuerdos emocionales al que el cerebro recurre para interpretar nuevas experiencias y reaccionar ante ellas. También está asociada a la excitación emocional.
Historia de la inteligencia emocional pdf
La Teoría de la Inteligencia Emocional de Goleman se desarrolló por primera vez en 1995, cuando publicó un libro basado en sus investigaciones. El concepto de inteligencia emocional (IE) ayuda a los individuos a orientar su pensamiento y sus acciones. Definió la inteligencia emocional como la capacidad de los individuos de reconocer sus sentimientos y los de los demás para motivarse y gestionar las emociones para sí mismos y su relación con los demás.
Posteriormente, otro psicólogo, Daniel Goleman (reputado psicólogo y periodista científico), propuso su teoría. Su concepto surgió de su experiencia e investigación, centradas en los comportamientos, las emociones y el cerebro.
También publicó su libro sobre inteligencia emocional en 1995. El libro se titulaba “Emotional Intelligence – Why it can matter more than IQ” (Inteligencia emocional: por qué puede importar más que el cociente intelectual), lo que le permitió erigirse en uno de los autores más vendidos del New York Times basándose en el concepto que había desarrollado. La idea de la IE se tomó más en serio en todo el mundo tras la publicación del libro, y distintas sociedades la incluyeron en su cultura.
El concepto de inteligencia emocional fue introducido por primera vez por
La inteligencia emocional (IE) suele definirse como la capacidad de percibir, utilizar, comprender, gestionar y manejar las emociones. Las personas con un alto nivel de inteligencia emocional pueden reconocer sus propias emociones y las de los demás, utilizar la información emocional para guiar el pensamiento y el comportamiento, discernir entre distintos sentimientos y etiquetarlos adecuadamente, y ajustar las emociones para adaptarse al entorno.[1] Aunque el término apareció por primera vez en 1964,[2] ganó popularidad en 1995 con el éxito de ventas del libro Inteligencia emocional, escrito por el periodista científico Daniel Goleman. Goleman definió la IE como el conjunto de habilidades y características que impulsan el rendimiento del liderazgo[3].
La inteligencia emocional se refiere a la capacidad de percibir, controlar y evaluar las emociones. Algunos investigadores sugieren que la inteligencia emocional puede aprenderse y fortalecerse, mientras que otros afirman que es una característica innata[cita requerida].
Se han desarrollado varios modelos para medir la IE. El modelo de rasgos, desarrollado por Konstantinos V. Petrides en 2001, se centra en el autoinforme de las disposiciones conductuales y las capacidades percibidas[4] El modelo de capacidades, desarrollado por Peter Salovey y John Mayer en 2004, se centra en la capacidad del individuo para procesar la información emocional y utilizarla para desenvolverse en el entorno social[5] El modelo original de Goleman puede considerarse ahora un modelo mixto que combina lo que desde entonces se ha modelado por separado como IE de capacidades y IE de rasgos. Investigaciones más recientes se han centrado en el reconocimiento de emociones, que se refiere a la atribución de estados emocionales basados en observaciones de señales visuales y auditivas no verbales[6][7] Además, estudios neurológicos han tratado de caracterizar los mecanismos neurales de la inteligencia emocional[8][9].