Ejemplos de inteligencia emocional en la escuela
La idea de que los directores ejecutivos son tipos maquiavélicos exigentes e incluso despiadados se ha convertido en una especie de cliché en el cine estadounidense. Desde Montgomery Burns en Los Simpson hasta Bobby Axelrod en Billions, la creencia de que los directores ejecutivos no se detendrán ante nada para salirse con la suya se ha convertido en un estereotipo arraigado.
Sin embargo, en el mundo laboral moderno, la realidad es todo lo contrario. Los directores ejecutivos con más éxito en la vida real son líderes equilibrados que saben aprovechar su inteligencia emocional para sacar lo mejor de los demás.
Sea cual sea su negocio o sector de actividad, es fundamental establecer conexiones humanas con sus clientes y las personas que trabajan para usted. La gente quiere hacer negocios y trabajar con alguien en quien pueda confiar, y la confianza se basa en la humanidad.
“La inteligencia emocional (IE), también conocida como cociente emocional (CE), es la capacidad de las personas para reconocer sus propias emociones y las de los demás, discernir entre los distintos sentimientos y etiquetarlos adecuadamente, utilizar la información emocional para guiar el pensamiento y el comportamiento, y gestionar y/o ajustar las emociones para adaptarse a los entornos o alcanzar los objetivos propios”.
Inteligencia emocional en el trabajo
La inteligencia emocional (también conocida como Inteligencia Emocional o Coeficiente Emocional) es un tipo de inteligencia que se define como la capacidad de controlar y regular las emociones propias y ajenas y de utilizar las emociones para facilitar los propios pensamientos y acciones (Brackett, Rivers y Salovey, 2011). No para las personas emocionalmente inteligentes. Las personas emocionalmente inteligentes utilizan las emociones como información y son capaces de escuchar a su instinto para que les guíe a la hora de tomar buenas decisiones.
Existen 4 dimensiones de la inteligencia emocional:1. Percepción de la emociónLas personas emocionalmente inteligentes son capaces de identificar y diferenciar entre distintas emociones y sentimientos. Esta dimensión de la inteligencia emocional incluye ser capaz de identificar cómo se siente uno a partir de señales corporales (como palmas sudorosas o un corazón acelerado, que pueden significar que uno está nervioso) y pensamientos (como pensar de forma negativa, que puede significar que uno se siente deprimido). Las personas con un alto nivel en esta dimensión de la inteligencia emocional también saben detectar las emociones de los demás. Por ejemplo, pueden saber cuándo alguien está siendo falso o se está comportando de forma poco sincera.
Inteligencia emocional en la vida personal
Hay momentos en la vida en los que miras a alguien y te preguntas: “¿Cómo es que siempre tiene el control total de las cosas?”. Ya se trate de un compañero de trabajo que se enfrenta a situaciones complicadas sin molestar a nadie o de un amigo que hace que completos desconocidos se sientan cómodos a los pocos minutos de conocerlo. La respuesta está en su inteligencia emocional, es decir, en su capacidad para controlar sus propias emociones y las de los demás.
Todos los días vemos a nuestro alrededor ejemplos reales de inteligencia emocional. E incluso utiliza su inteligencia emocional para desenvolverse en situaciones y relaciones cotidianas sin darse cuenta. Por ejemplo, un compañero que ha sido reprendido por el jefe puede querer compartir sus sentimientos con usted. Le escuchas con empatía, le explicas objetivamente las posibles razones del enfado del jefe y le aconsejas cómo evitarlo en el futuro. Y todo ello sin molestar ni ofender a tu colega. Es un ejemplo clásico de cómo utilizar la inteligencia emocional en el trabajo.
Ejemplos de inteligencia emocional en las relaciones
¿Se ha preguntado alguna vez cómo es la inteligencia emocional en la vida cotidiana? En su excelente artículo “Signos de alta inteligencia emocional”, Justin Bariso identifica acciones que ilustran cómo aparece la inteligencia emocional en el mundo real y que he resumido a continuación. Espero que te guste tanto como a mí.
1. La autoconciencia consiste en ser consciente de cómo uno se siente y del impacto que los sentimientos pueden tener en las decisiones, el comportamiento y el rendimiento. 2. La autoconciencia comienza con la reflexión, haciéndote preguntas como “¿cómo afecta mi estado de ánimo actual a mis pensamientos y a mi toma de decisiones?”, te dará valiosas ideas que puedes utilizar en tu beneficio.
3. Esfuérzate por controlar tus pensamientos: aunque no tengas mucho control sobre tus emociones, puedes controlar tu reacción a estas emociones centrándote en tus pensamientos. “No puedes evitar que un pájaro se pose en tu cabeza, pero puedes evitar que construya un nido”. Al hacer esto, te permites vivir de una manera que está en armonía con tus objetivos y valores.