Alta inteligencia emocional
Además, también he notado una tendencia hacia los libros sobre desarrollo personal y, en particular, sobre Liderazgo e Inteligencia Emocional o la capacidad de reconocer, comprender y gestionar nuestras propias emociones y reconocer, comprender e influir en las de los demás.
Siguiendo con mi reto de los libros y manteniéndome fiel a mi última pasión, el mes pasado terminé dos libros sobre Inteligencia Emocional: Inteligencia Emocional 2.0 de Travis Bradberry e Inteligencia Emocional: A Practical Guide to Making Friends with Your Emotions and Raising your EQ de Ian Tuhovsky.
Aunque me encantaron las ideas de Daniel Goleman, su obra cubre principalmente la teoría detrás de la Inteligencia Emocional (que es definitivamente necesaria y es el primer peldaño), sentí que estaba listo para más práctica. Por eso elegí los dos últimos libros, ya que se centraban en gran medida en la aplicación de lo aprendido.
Hoy quiero compartirlos contigo, concentrándolos en torno a las cuatro habilidades clave que identifica la Inteligencia Emocional 2.0: Autoconciencia, Autogestión, Conciencia Social y Gestión de las Relaciones. (He mezclado y añadido algunos ejercicios del segundo libro donde creí que encajarían).
¿Se puede enseñar inteligencia emocional a los adultos?
Las habilidades que componen la inteligencia emocional pueden aprenderse en cualquier momento. Sin embargo, es importante recordar que hay una diferencia entre simplemente aprender sobre Inteligencia Emocional y aplicar ese conocimiento a tu vida.
¿Cuál de las actividades sería la más idónea para aumentar la conciencia emocional?
Los juegos de rol son una estrategia excelente para enseñar a los alumnos distintas formas de mostrar empatía y ayudarles a desarrollar sus habilidades interpersonales, el conocimiento de sí mismos y la autoexpresión. También ofrece a los alumnos la oportunidad de practicar, aplicar y afinar su inteligencia emocional a través de las interacciones con los demás.
¿La inteligencia emocional nace o se aprende?
Algunas personas nacen con Inteligencia Emocional, mientras que otras la consideran una habilidad que hay que adquirir. Con la práctica, es posible desarrollarla o reforzarla.
Formación en inteligencia emocional
Desarrollar la inteligencia emocional y fortalecer las habilidades socioemocionales en los adolescentes con este recurso práctico.Ayudar a los estudiantes a desarrollar la inteligencia emocional (IE) y las habilidades socioemocionales es esencial para prepararlos para el éxito en la universidad, las carreras y la vida adulta. Este recurso práctico para educadores explica qué es la inteligencia emocional y por qué es importante para todos los estudiantes. Impulsar la inteligencia emocional en los estudiantes establece directrices detalladas pero flexibles para la enseñanza de la Inteligencia Emocional fundamental y las habilidades socioemocionales de una manera intencional y centrada. El libro está dividido en tres módulos, que corresponden a tres áreas principales de habilidades: Cada módulo contiene diez lecciones prácticas, basadas en la investigación, que se centran en un concepto fundamental de la Inteligencia Emocional y en un debate productivo y respetuoso. Todas las lecciones están diseñadas para durar aproximadamente 35 minutos cada una, pero pueden adaptarse fácilmente para satisfacer las necesidades específicas de una escuela o grupo en su trabajo para desarrollar la inteligencia emocional y las habilidades socioemocionales en sus alumnos. El contenido digital incluye formularios reproducibles para utilizar con los alumnos.
Actividades de team building para la inteligencia emocional
Sin embargo, está demostrado que trabajar como miembro de un equipo eficaz puede elevar la moral y el rendimiento. Los miembros del equipo reciben más feedback y antes. También afirman aprender más y sentirse más motivados para superar los retos de los proyectos. Con el aumento del trabajo en equipos virtuales, el potencial de aprendizaje continuo y retroalimentación es mayor que nunca.
Lo que esto significa para los educadores es que la inteligencia emocional en forma de habilidades como la empatía y la colaboración es más importante que nunca. Ahí es donde un sencillo ejercicio de creación de equipos, como el que se presenta a continuación, puede ayudar a la gente a empezar.
Esta actividad se basa en el protocolo Compass Points desarrollado por miembros de la National School Reform Faculty, un sitio de desarrollo profesional para educadores sin ánimo de lucro. Esta actividad funciona bien con estudiantes y con adultos.
Para prepararla, deberás crear las cuatro señales -Norte, Sur, Este y Oeste- con antelación y pegarlas en las paredes de la sala antes de empezar. Asegúrate de tener suficiente papel de periódico y rotuladores para cada uno de los cuatro grupos. Debajo de cada punto, escribe los rasgos asociados a cada signo, como se indica en el juego de los puntos cardinales:
Rompehielos de inteligencia emocional para adultos
El coeficiente intelectual mide tus habilidades técnicas y cognitivas, como el pensamiento lógico, el razonamiento analítico, la memorización de información, la resolución de problemas, las habilidades verbales, el pensamiento creativo y otras capacidades.
El cociente emocional, por su parte, determina tu capacidad para comprender y gestionar tus emociones y las de los demás en tu trabajo y en tu vida personal. La inteligencia emocional incluye la gestión del estrés, la intuición, la flexibilidad emocional, la empatía, el conocimiento de uno mismo, la asertividad, la resolución de problemas, etc.
4. Te frustras cuando los demás te señalan que no entiendes cómo se sienten. Tu proceso de pensamiento es: “¿Cómo se supone que voy a saber o entender los sentimientos de otra persona a menos que me hablen de ello?”.
Esta compasión te permite conectar con la gente a niveles mucho más profundos y disfrutar de relaciones significativas, lo que crea una atmósfera de armonía y productividad tanto en tu vida personal como profesional.
Las personas con una inteligencia emocional elevada se expresan con mayor eficacia y poseen la capacidad de escuchar atentamente las pistas verbales y la comunicación no verbal de los demás, como el lenguaje corporal y el tono de voz.