Inteligencia emocional, daniel goleman
La autoconciencia consiste en reconocer y comprender tus emociones -qué sientes y por qué- y apreciar cómo afectan a los que te rodean. Es la base de una buena intuición y de la toma de decisiones, ya que te ayuda a tomar instintivamente las decisiones correctas en todos los aspectos de la vida. La autoconciencia también consiste en conocer tus puntos fuertes y débiles y lo que es importante para ti: tus valores o brújula moral.
Una vez que dominas la conciencia emocional, el siguiente paso es gestionar eficazmente esas emociones, sobre todo las negativas. Trata siempre a los demás con respeto e intenta mantener el control. Si tienes tendencia a los arrebatos emocionales, practica la calma: da un paso atrás y respira hondo. También es importante que te mantengas fiel a tus valores y te responsabilices personalmente de cualquier error.
El tercer elemento “personal”, la motivación, tiene que ver con tu afán de superación y tus logros: ponte el listón muy alto y trabaja con constancia para alcanzar tus objetivos. Toma la iniciativa: prepárate para aprovechar las oportunidades que se te presenten y practica la asertividad. La motivación también tiene que ver con el optimismo y la resiliencia, y con encontrar lo positivo en una situación, incluso -o especialmente- en las que no han ido bien.
¿Cuáles son las 4 habilidades clave de la inteligencia emocional de EQ?
Los cuatro dominios de la Inteligencia Emocional -autoconocimiento, autogestión, conciencia social y gestión de las relaciones- pueden ayudar a un líder a afrontar cualquier crisis con menores niveles de estrés, menos reactividad emocional y menos consecuencias imprevistas.
¿Cuáles son los 4 componentes de la inteligencia emocional según Daniel Goleman?
A efectos de estas lecciones, hemos optado por utilizar el modelo de Daniel Goleman con cuatro dominios: autoconciencia, autogestión, conciencia social y gestión de las relaciones.
Definición de inteligencia emocional por Daniel Goleman
La Teoría de la Inteligencia Emocional de Goleman se desarrolló por primera vez en 1995, cuando publicó un libro basado en sus investigaciones. El concepto de inteligencia emocional (IE) ayuda a los individuos a orientar su pensamiento y sus acciones. Definió la inteligencia emocional como la capacidad de los individuos de reconocer sus sentimientos y los de los demás para motivarse y gestionar las emociones para sí mismos y su relación con los demás.
Posteriormente, otro psicólogo, Daniel Goleman (reputado psicólogo y periodista científico), propuso su teoría. Su concepto surgió de su experiencia e investigación, centradas en los comportamientos, las emociones y el cerebro.
También publicó su libro sobre inteligencia emocional en 1995. El libro se titulaba “Emotional Intelligence – Why it can matter more than IQ” (Inteligencia emocional: por qué puede importar más que el cociente intelectual), lo que le permitió erigirse en uno de los autores más vendidos del New York Times basándose en el concepto que había desarrollado. La idea de la IE se tomó más en serio en todo el mundo tras la publicación del libro, y distintas sociedades la incluyeron en su cultura.
Motivación
En lo que respecta a la inteligencia emocional, Daniel Goleman no fue el primero en articular el concepto. Sin embargo, en su doble papel de psicólogo y periodista, Goleman hizo accesibles los elementos de la inteligencia emocional a amplios segmentos de la sociedad. Sus libros más vendidos, empezando por “Inteligencia emocional” (1995), ya han cambiado la forma en que algunas empresas interactúan con sus clientes y algunos directivos contratan a sus empleados. Su impacto ha sido aún más profundo en la educación.
Gracias a Goleman, los educadores reconocen ahora que la inteligencia emocional es tan importante para el aprendizaje como la destreza intelectual o el cociente intelectual. Como resultado, decenas de miles de escuelas de todo el mundo incorporan actualmente el “aprendizaje social y emocional” en sus planes de estudios. En algunas escuelas, los cursos orientados al desarrollo de la inteligencia emocional son obligatorios.
Durante décadas, los investigadores han estudiado las razones por las que un alto coeficiente intelectual no garantiza necesariamente el éxito en el aula o en la sala de juntas. En los años 80, psicólogos y biólogos, entre otros, se centraron en el importante papel que desempeñan otras habilidades -necesarias para procesar la información emocional- en la promoción del éxito mundano, el liderazgo, la realización personal y las relaciones felices.
Trabajar con las emociones
Las habilidades técnicas que te ayudaron a conseguir tu primer ascenso quizá no te garanticen el siguiente. Si aspira a ocupar un puesto de liderazgo, hay un elemento emocional que debe tener en cuenta. Es lo que le ayuda a entrenar con éxito a equipos, gestionar el estrés, ofrecer retroalimentación y colaborar con los demás.
La inteligencia emocional se define como la capacidad de comprender y gestionar tus propias emociones, así como de reconocer e influir en las emociones de quienes te rodean. El término fue acuñado por primera vez en 1990 por los investigadores John Mayer y Peter Salovey, pero más tarde lo popularizó el psicólogo Daniel Goleman.
Hace más de una década, Goleman destacó la importancia de la inteligencia emocional en el liderazgo, declarando a la Harvard Business Review: “Los líderes más eficaces se parecen todos en un aspecto crucial: Todos tienen un alto grado de lo que se ha dado en llamar inteligencia emocional. No es que el coeficiente intelectual y las habilidades técnicas sean irrelevantes. Importan, pero… son los requisitos de entrada para los puestos ejecutivos”.